ORIGINAL: Arteria Nº25
Por Lucrecia Piedrahíta
Imagen: Ethel Gilmour. Cortesía: Museo de Arte Moderno de Medellín
Geoimaginación
El arte conlleva una categoría experiencial. La obra de Ethel Gilmour expuesta en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) permite reconstruir un diario íntimo en donde la artista ofrece la iconografía de lo privado resuelto en sus objetos domésticos cargados de recuerdos, en la observación precisa sobre sus emociones, en la persistencia por las imágenes irrevocables de la política y en la singularidad poética con que vivió y comunicó la realidad.
La obra de esta artista constituye un manifiesto sobre la invención de lo cotidiano1. Es Michel de Certeau quien contribuye a construir una teoría del consumo y una teoría de la vida cotidiana y, es en la pintura y en los objetos desarrollados por Ethel Gilmour en donde se evidencian las dimensiones de la cotidianidad: la dimensión pública, la dimensión doméstica, la dimensión familiar y la dimensión tecnológica… “todas ellas atravesadas por procesos de rutinización y de memoria sin los cuales la cotidianidad no tendría existencia”2.
Imagen: Ethel Gilmour. Cortesía: Museo de Arte Moderno de Medellín
La exposición ‘Flores para Ethel Gilmour. Homenaje’3, que se realiza como parte del proyecto de investigación del Grupo Estudios Culturales de la Universidad EAFIT titulado ‘La obra de Ethel Gilmour y sus públicos’ permite levantar un mapa de visualidades éticas. La producción de la artista está constituida de duelos por el dolor del –otro-, de irrupciones estéticas encontradas en los gestos mínimos de una señora de pueblo y su vida en medio de los paisajes rurales, en la poética inscrita en el objeto encontrado o recuperado, en sus recuerdos escritos en pintura para definir así la imagen como un escenario de reflexión, para hacer pensar visualmente al espectador y llevarlo a un ejercicio de opinión pública porque por entre su obra, Ethel Gilmour nos hace andar sobre imágenes acústicas, planimétricas, profundas, rotundas, enclavadas en la memoria colectiva y política de la historia reciente del país y así nunca pasar inadvertidos.
Ethel Gilmour afirmó: “Matisse no puede pintar en ninguna parte de la tierra” y ella, la mujer que sólo pintó en el cielo, fue una investigadora minuciosa de las prácticas cotidianas. Parafraseando a Jesús Galindo, “El reto básico de la investigación es la creatividad, la capacidad de configurar posibilidades a partir de posibilidades… El investigador es un creador altamente reflexivo, un observador que nunca pierde detalle de lo que le sucede a su interior y de lo que acontece en su exterior”4.
Su obra propone desde las subjetividades y este es precisamente el espacio de las micropolíticas cuyo lema es: lo personal es lo político. Relaciones familiares, identidades locales, consciencia sobre su propia cotidianidad, son características presentes en la producción plástica de esta artista que levantó sus cartografías para identificar territorios en donde tuviera cabida un contramapa de la geopolítica a partir de las micropolíticas para llegar al tránsito de la imaginación, entendida esta última, en términos de Hannah Arendt, como la facultad de hacer presente aquello que está ausente. Tanto Arendt como Kant plantean una interpretación de la imaginación como facultad política, es decir, la imaginación es el puente entre la estética y la ética. (…) “la imaginación es la facultad de tener intuiciones sin la presencia del objeto”. Es “la condición de la memoria”. De ahí el concepto que acuño de la geoimaginación al referenciarla temporal y espacialmente para otorgarle sus múltiples sentidos y de materializarla como facultad que tiene de dar cuerpo a lo que está ausente.
Por ello la geoimaginación es un aporte definitivo a la imagen en el arte de Ethel Gilmour cuya obra es una mirada al mundo mismo, un ensayo visual que recoge las locaciones de su intimidad.
Taxonomía visual
En la Sala de Arte de Suramericana se expone la 7ª Bienal. 21 Salón Colombiano de Fotografía 20105. En esta muestra, las obras de Camilo Restrepo, Andrés Sierra, Lina María Vélez yNora Elena Múnera constituyen un ejercicio de taxonomía visual. En sus fotografías la obra de arte aparece como un pensamiento actual desde el proceso creativo del artista, desde el análisis formal de la obra y desde “las alternativas de atención”6, modos que involucran lo reflexivo, lo interpretativo, lo analítico y lo meramente visual.
Imagen: Lina Ma. Vélez. Cortesía: Museo de Arte Moderno de Medellín
“Dos Duelos”, de Lina María Vélez plantea una relación binaria entre maquetas y juegos de escala a través del manejo de la fotografía en segundo plano que remite a la memoria, a la temporalidad y a la ubicación en primer plano de maquetas para buscar soluciones visuales en la representación de los tiempos, en la simultaneidad que ofrece la cámara cinematográfica, en la mirada que se desplaza.
Camilo Restrepo con su obra ‘Esto es una pipa’ se instala en la producción de significados para reabrir fronteras a la imagen que es en sí misma verosimilitud, engaño, ficción, modelo de maquetación y a su vez realidad objetivable escenificada en un fondo vacío para otorgarle validez documental y subrayar una mirada aguda a sus objetosretratos.
Imagen: Nora Múnera. Cortesía: Museo de Arte Moderno de Medellín
Nora Elena Múnera nos ofrece la arquitectura como paisaje al fotografiar lugares amplios y desolados que adquieren espesor sensorial y perceptivo a través de la mirada.
La casa se instala en un plano central y retorna de manera fantasmal para reconvertirse –visualmente- en una maqueta proyectual de lo real.
Imagen: Andrés Sierra. Cortesía: Museo de Arte Moderno de Medellín
Andrés Sierra Siegert presenta dos series. Un tríptico de narración polivalente en donde el retrato doble está presente en los fragmentos de un cuerpo que aparece en planos secuenciales y la presencia constante del retrato que se asocia al documento de identidad adherido a la pared que observa con desdén su propio cuerpo mutilado. El resultado es una –naturaleza muerta- cuya emergencia estética está cargada de potencia conceptual y formal. Así mismo presenta una orgía de retratos colectivos dibujados y desdibujados por la luz en donde ésta no redime la miseria contenida en la mirada de quienes son protagonistas de folios precarios que determinan su existencia.
- Parafraseando la obra de Michel de Certeau. Michel de Certeau, Luce Girad y Pierre Mayol, La invención de lo cotidiano. En Relecturas de Michel de Certeau, Carmen Rico de Sotelo, coordinación e introducción. En La puesta en relato de lo cotidiano, Por Mónica Maronna – Rosario Sánchez Vilela.
Universidad iberoamericana. Universidad Católica de Uruguay, Pontificia Universidad Javeriana – Instituto de Estudios Sociales y Culturales PENSAR.
Universidad Iberoamericana, A.C. 2006 Págs. 9-126 - La puesta en relato de lo cotidiano, Mónica Maronna – Rosario Sánchez Vilela. Universidad iberoamericana. Universidad Católica de Uruguay. Investigación, aún en curso, se desarrolla en el Programa de Investigación Medios y Vida Cotidiana, en la Universidad Católica de Uruguay. 2006 Págs. 9-126. En Relecturas de Michel de Certeau, Carmen Rico de Sotelo, coordinación e introducción. Universidad iberoamericana. Universidad Católica de Uruguay, Pontificia Universidad Javeriana – Instituto de Estudios Sociales y Culturales PENSAR. Universidad Iberoamericana, A.C. 2006 Págs. 9-126
- La exposición ‘Flores para Ethel Gilmour. Homenaje’. 18 de agosto - 31 de octubre de 2010. Lugar: MAMM
- [2]. Galindo, Jesús. Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. Consejo Nacional para las Artes. Addison Wesley Logma. México, 1998. Pág. 11.
- 7ª Bienal. 21 Salón Colombiano de Fotografía. Exposición del 3 al 28 de agosto. Sala Suramericana. Medellín
- Ver Galindo, Jesús. Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. Consejo Nacional para las Artes. Addison Wesley Logman. México, 1998.
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