ORIGINAL: El Mundo (Medellín)
Foto: AP "Forever bicycles", de Weiwei, es la exposición que alberga el Museo de Bellas Artes de Taipei, en Taiwán. La repetición de las bicicletas hace una reflexión en contra del régimen de su país sobre cómo el hombre chino pierde su identidad personal y se transforma en un producto repetido que solo sirve como medio de producción
Efe
El Museo de Bellas Artes de Taipei, en Taiwán, inauguró el sábado una exposición que reúne varias obras del artista chino, quien se encuentra bajo arresto domiciliario en su país natal, por lo que, como sucedió con su reciente exposición en Alemania, no pudo acudir a la apertura.
La exposición, que se titula “Ausente”, permanecerá abierta tres meses. En ella pueden verse algunas obras con gestos poco respetuosos hacía la simbólica plaza de Tiananmen de Pekín.
“El título ‘Ausente’ es una reflexión interesante sobre la situación del autor, su arte y sus contribuciones”, dijo la directora artística del Museo, Chang Fang-wei.
Ai, famoso por su diseño del estadio olímpico “Nido de Pájaro” en Pekín, y muy crítico con el gobierno de su país, fue desaparecido el pasado mes de abril, cuando iba a tomar un avión a Taiwán, precisamente para preparar esta exposición y tras la presión de organismos internacionales, políticos y medios de comunicación, apareció de nuevo en junio, aunque bajo la vigilancia del gobierno en China.
En Alemania
Después de que fue abierta en Alemania una exposición de la fotografía de Ai Weiwei, el nombre del chino es de nuevo noticia en el país europeo.
Una escultura de un cadáver de gran parecido con el artista ha causado impacto en la localidad de Bad Ems. Incluso, varias personas han llamado a la policía pensando que se trata de un muerto real.
La escultura, titulada “La muerte de Marat”, propiedad del artista He Xiangyu, pretende honrar de una manera irónica el compromiso con los Derechos Humanos de su colega artístico.
Tal ha sido el impacto que ha provocado la obra que un hombre presentó una demanda por profanación de cadáveres, pues pensó que se trataba de un muerto real, aunque la Fiscalía de Coblenza, encargada del asunto, desestimó la acusación.