miércoles, 11 de julio de 2012

Frida Kahlo, la forma concreta.

Por: Lucrecia Piedrahita. Museóloga / Curadora de Arte
julio 9, 2012 8:05 pm Letras 


Su verdadero nombre era Frida Kahlo, su verdadero rostro estaba hecho de flores de mil colores, joyas que enmarcaban su perfil inteligente y la mirada profunda de sus ojos negros por los que nunca dejó colar los dolores de sus más de 32 operaciones que le realizaron debido a sus enfermedades y al accidente que marcó su cuerpo con lesiones severas. Sus pinturas registraron su propia realidad para adornarla de una paleta fina, pincelada precisa y espacios surrealistas en donde ella aparece al vuelo, coronada por tocados finos, transfigurada en un venado que corre ingenuo. Frida niña, Frida joven, Frida indígena. Su cuerpo fue su casa convertido en espacio habitable, habitacional: Mujer-hogar, mujer-casa, mujer-refugio, mujer-barca, mujer hecha de piezas que se construye y se arma; mujer-tierra, mujer-agua.

Su padre, un fotógrafo de origen germano – húngaro fue el amigo cercano al igual que su madre mexicana. Frida nació en Coyoacán – México el 6 de julio de 1907 y murió el 13 de julio de 1954. Fue la tercera hija mujer de los cuatro hijos que tuvo la pareja. De temperamento fuerte y carácter decidido Frida Kahlo fue la artista que hizo de la identidad mexicana su propio vestido: “… cuando Frida Kahlo entró a su palco en el teatro, todas las atracciones musicales, arquitectónicas y pictóricas quedaron abolidas. El rumor, estruendo y ritmo de las joyas portadas por Frida ahogaron los de la orquesta, pero algo más que el mero sonido nos obligó a todos a mirar hacia arriba y descubrir a la aparición que se anunciaba a sí misma con el latido increíble de ritmos metálicos, para en seguida exhibir a la mujer, que tanto el rumor de las joyas como un magnetismo silencioso, anunciaba.” (Carlos Fuentes).

Ella se convirtió en su imagen de marca. A través de los años la artista se consolidó en referente imprescindible del arte moderno, del estilo y la personalidad de una figura internacional que en vida supo del reconocimiento de los círculos del arte en Estados Unidos y varias ciudades de Europa: encuentros con intelectuales como Breton, teórico del surrealismo, conversaciones con Picasso, apariciones en revistas de moda y glamour como Vogue. Así mismo se destaca el barroquismo como sello indiscutible de su famosa Casa Azul de Coyoacán, hoy Museo Frida Kahlo. Un espacio cargado de la belleza propia de las cosas simples: espejos, armarios, hojas de libros en la intimidad de su habitación, sus botas de calzar decoradas con flores, las manchas del espejo ubicado en la parte superior de su cama desde donde ella releía su propia historia para inscribirla en los lienzos, el mismo espacio donde se congelaba la –luz violenta de los relámpagos-, y la pequeña ventana que permitía ver el contraste del jardín abierto con las paredes, esculturas y piedras que marcan los senderos. 

Fue en 1953 cuando la Galería de Arte Contemporáneo de la capital de México organizó la única exposición individual que Frida Kahlo tendría en su país durante su vida. Para aquella fecha su salud estaba muy deteriorada y por petición expresa de los médicos se le prohibió asistir a la inauguración. Minutos después de iniciada la muestra se sintieron las sirenas desde el exterior. Los cientos de personas enloquecidas por el ruido se dirigieron al exterior, allí se ubicaba una ambulancia acompañada de una escolta. El grupo de ayudantes descendía a la artista Frida Kahlo en una cama de hospital. El público enmudeció, hubo muchos silencios para luego estallar en alegría. Ella fue llevada hasta el centro de la galería. Frida sonrió. Así celebraba la pintora de los amores, pasiones y desvelos conjugados en la entrega por quien sería su esposo y su calvario: Diego Rivera, el gran muralista mexicano, aquel para quien la artista escribiría en su diario y su íntimo autorretrato: “Diego Principio / Diego constructor / Diego mi niño / Diego mi novio / Diego pintor / Diego mi amante / Diego “mi esposo” / Diego mi madre / Diego mi padre / Diego mi hijo / Diego = yo = / Diego Universo / Diversidad en la unidad.

Diego, su única verdad.

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